Tuve el placer de realizar el prólogo bajo la lógica inspiradora del libro: Cómo enseñar a aprender, de Corina Rogovsky y Francisco Chamorro.
Escribir el prologo de una obra es como estrenar una escalera. Cada peldaño conduce hacia una nueva superficie por explorar, hacia una trama que articula un concepto, una vivencia y una experiencia.
Los y las invito a leer el libro.
¡¡Un material para tener cerca y sacar buenas ideas!!